FUENTE: ecoportal.net (06.11.2006)
El medio ambiente es, pues, uno de los factores que influyen de forma más decisiva en el tributo mundial de diez millones de defunciones infantiles anuales, y uno muy importante para la salud y el bienestar de las madres.
La infancia constituye uno de los grupos poblacionales de mayor riesgo para los contaminantes medioambientales fundamentalmente debido a tres razones:
1ª) Son más susceptibles a las amenazas medioambientales porque los sistemas corporales aún se están desarrollando, presentando cambios rápidos en el crecimiento, variaciones en la inmadurez orgánica y tisular, y déficits cuantitativos y cualitativos en su sistema de inmunovigilancia.
2ª) Están más expuestos a los peligros medioambientales porque proporcionalmente por kilogramo de peso comen más alimentos, beben más líquidos y respiran más aire que los adultos.
3ª) Son más vulnerables por su inexperiencia en autoprotegerse, especialmente en los primeros años de vida donde pasan mucho tiempo a ras del suelo.
El aire interior y exterior y el agua contaminados, la falta de saneamiento adecuado, los riesgos de toxicidad, los vectores de enfermedades, la radiación ultravioleta y los ecosistemas degradados son factores ambientales de riesgo importantes para los niños, y en la mayor parte de los casos para sus madres también.
En particular en los países en desarrollo, los riesgos y la contaminación ambientales contribuyen de manera muy importante a la mortalidad, la morbilidad y la discapacidad infantiles asociadas a las enfermedades respiratorias agudas, enfermedades diarreicas, traumatismos físicos, intoxicaciones, enfermedades transmitidas por insectos e infecciones perinatales.
La mortalidad y la morbilidad infantiles debidas a causas como la pobreza y la malnutrición también van asociadas a modalidades insostenibles de desarrollo y a la degradación del medio ambiente urbano o rural.
La exposición a riesgos ambientales perjudiciales para la salud puede comenzar antes del nacimiento.
El plomo en el aire, el mercurio en los alimentos, así como otras sustancias químicas, pueden tener efectos a largo plazo, a menudo irreversibles, como infertilidad, abortos espontáneos y defectos de nacimiento.
La exposición de las mujeres a plaguicidas, disolventes y contaminantes orgánicos persistentes pueden afectar a la salud del feto.
Principales causas de mortalidad de menores de cinco años relacionadas con el medio ambiente según la OMS
• La diarrea causa la muerte de unos 1,6 millones de niños por año, principalmente debido al agua contaminada y a un saneamiento deficiente.
• La contaminación del aire en locales cerrados asociada a la utilización todavía generalizada de combustibles de biomasa causa la muerte de casi un millón de niños al año, principalmente por infecciones respiratorias agudas. Las madres, que se encargan de cocinar o permanecen próximas al fogón después de haber dado a luz, son quienes corren más riesgo de enfermedades respiratorias crónicas.
• El paludismo, cuya amenaza se puede exacerbar como consecuencia de un manejo y un almacenamiento deficientes del agua, viviendas inadecuadas, deforestación y pérdida de biodiversidad, causa la muerte de aproximadamente un millón de menores de cinco años, principalmente en África.
• Los traumatismos físicos no intencionales, que pueden estar relacionados con riesgos ambientales presentes en el hogar o la comunidad, causan la muerte de casi 300.000 niños por año; de ese total, 60.000 defunciones se atribuyen a ahogamiento, 40.000 a incendios, 16.000 a caídas, 16.000 a intoxicaciones, 50.000 a incidentes de tránsito y más de 100.000 a otros traumatismos no intencionales.
En los países industrializados mueren actualmente por asma tres veces más que hace 20 años, a pesar de los avances farmacológicos y de asistencia hospitalaria que se han producido durante este periodo de tiempo.
La población pediátrica, aunque sólo representa el 20-25% del total de personas, incluye el 40-45% de todos los casos de asma.
Estos datos ilustran la especial vulnerabilidad pediátrica y el enorme “peaje” que pagan los niños ante las injusticias y agresiones medioambientales.
Mejorar la salud ambiental de niños y niñas y sus madres ocupándose de las cuestiones que afectan a su salud constituye una contribución esencial para el logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
En la UE, el VI Programa de Acción Comunitario en Materia de Medio Ambiente plantea, entre otros objetivos, contribuir a obtener un alto nivel de calidad de vida y bienestar social, teniendo en cuenta un medio ambiente en el que los niveles de contaminación no tengan efectos perjudiciales sobre la salud humana.
Para cumplir con esta exigencia, se aprobó en el año 2003 la Estrategia Europea de Medio Ambiente y Salud, que se concreta en el Plan de Acción Europeo en materia de Salud y Medio Ambiente (2004-2010).
La estrategia ha orientado parte de sus acciones hacia la infancia, reconociendo que los niños son especialmente vulnerables. Con un enfoque integrado, multidisciplinar, y basado en la prevención, la estrategia incide en la investigación de una serie de elementos contaminantes que parecen ser responsables de determinados efectos sobre la salud para establecer vínculos de causa – efecto de las enfermedades respiratorias infantiles, los trastornos neurológicos del desarrollo, el cáncer infantil y los efectos alteradores endocrinos. El objetivo perseguido es el de identificar y prevenir los riesgos para la salud, integrando el medio ambiente y la salud en otras políticas diferentes.