FUENTE | El Mundo Digital
Autor: María Sainz
La acción de los productos químicos, la contaminación o la exposición a sustancias perjudiciales en el trabajo afecta a países ricos y pobres, aunque en mayor medida a aquéllos con menos recursos.
El cambio climático, los rayos ultravioletas o los daños en el ecosistema tienen un efecto parecido en todos los países.
Así lo dejó patente María Neira, directora de Salud Pública y Medio Ambiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en la reunión de la OMM sobre salud humana.
Neira ha subrayado que, aunque el impacto del medio ambiente se siente más en los países en vías de desarrollo, las naciones más ricas no están exentas.
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Como ha apostillado Neira, una degradación de los ecosistemas de la tierra provoca problemas agrícolas y éstos, finalmente, se traducen en casos de malnutrición.
Algo similar ocurre con el cambio climático, que puede propiciar infecciones.
O con la exposición a los rayos ultravioletas, que aumenta el riesgo de padecer cáncer de piel.
"El impacto de la diarrea se atribuye en un 90% de los casos a causas ambientales (falta de agua potable o saneamiento, cambio climático) [...] Muchas de las causas de mortalidad son muy sensitivas al clima: la malnutrición (que causa 3,7 millones de muertes), la diarrea (1,8 millones) o la malaria (1,1 millones)", ha comentado esta especialista de la OMS.
Por estas razones, los participantes en la conferencia internacional de la OMM han coincidido en señalar la importancia de la colaboración entre los meteorólogos y los especialistas de la salud.
Andrew Githeko, del Instituto de Investigación Médica de Kenya, se ha centrado en el impacto de las inundaciones, las altas temperaturas o la humedad.
Como consecuencia de estos factores climáticos, se aumenta la prevalencia de mosquitos u otros insectos que puedan transmitir determinadas enfermedades.
Los problemas cardiovasculares, fruto de la humedad, también se ven incrementados.
Kader M. Kondé, director del Centro de Control de Enfermedades de la OMS en Ouagadougou (Burkina Faso), se ha referido al papel que desempeña la meteorología en la prevención de la meningitis; una enfermedad "muy relacionada con el clima".
Según este experto, en los brotes de meningitis confluyen tres factores:
1.- el germen que causa la enfermedad
2.- la vulnerabilidad de la población y los factores socioeconómicos (pobreza, promiscuidad)
3.- climáticos (temperatura, humedad, concentración de polvo).
En este sentido, Kondé ha resaltado la importancia de "un sistema de alerta temprana de la meningitis, en combinación con las predicciones meteorológicas".
Se trata de una herramienta que analiza las temperaturas, la humedad y lo relaciona con la posibilidad de que aparezcan posibles epidemias.
"El umbral epidémico se da cuando aparecen 10 casos por cada 100.000 personas a la semana".
Por otro lado, Githeko ha afirmado que "es más barato prevenir que curar".
Y ha comentado que las intervenciones preventivas finalmente ahorran dinero porque evitan el coste sanitario que suponen las enfermedades y/o las hospitalizaciones."
La vigilancia temprana [...] reduce la pérdida económica y la mortalidad humana".
"Hace ños, cuando empezamos a hablar del clima y la salud humana se decía que esto no afectaba a los países desarrollados.
Sin embargo, la ola de calor se ha cobrado la vida de 35.000 personas en Europa. Tenían medios para prevenir pero no los emplearon [...]
Estas olas de calor cada vez son más frecuentes.
Antes aparecían cada ocho años y ahora se dan de manera anual", ha expresado este médico africano.
Además, María Neira ha urgido la necesidad de combatir falsas creencias como el mito de que cuidar el medio ambiente sólo pasa por proteger a las especies en vías de extinción.
O la idea de que es un lujo sobre el que sólo se debe intervenir una vez se han solucionado otros aspectos más importantes.
"El sector sanitario debe estar equipado para colaborar con otros, como el sector de la meteorología, porque va a tener que ser la primera barrera frente al cambio climático.