Esta contaminación se une a la detectada hace dos semanas también en EEUU de la cepa O:157:H7 en espinacas de bolsa también en EEUU.
Las investigaciones realizadas hasta ahora no han permitido concluir aún que el nuevo brote tenga como origen la misma cepa que la que ha afectado a espinacas.
El análisis llevado a cabo por la Agencia de Alimentos y Medicamentos de EEUU (FDA, en sus siglas inglesas) en conocer cómo la bacteria ha podido pasar de las espinacas a las lechugas, teniendo en cuenta especialmente en la contaminación de agua de riego, prácticas inadecuadas de higiene en la manipulación de los alimentos o en la presencia de animales en los cultivos.
Hasta el momento, el único producto afectado por E.coli han sido las bolsas de espinacas frescas.
El paso a otras hortalizas de hoja verde, como es el caso de las lechugas, parece no haber sorprendido a las autoridades del país, que desde el pasado mes de agosto cuenta con la Lettuce Safety Initiative, destinada a minimizar el riesgo de contaminación de este producto.
La iniciativa se ha extendido ahora a otros productos como las espinacas y otras hortalizas de hoja verde.