Cada día la población mundial observa como desaparece la capa de OZONO y como por el incremento de radiación ultravioleta se presentan daños acumulados en diversos organismos vivos.
FUENTE: LASALUD.COM.MX (22 de Diciembre de 2010)
La aparición sobre la Antártida, cada primavera, de un agujero en la capa protectora de OZONO fue detectada por primera vez en 1974 y desde entonces se ha visto confirmada por las observaciones de los satélites. Desde la primera observación, el “agujero” ha aumentado constantemente de tamaño, y en 1987 la capa de OZONO era la mitad de espesa que en la misma fecha de 1974. De acuerdo con recientes informes, el hoyo sobre la Antártica de años anteriores fue el más grande visto jamás; 26 millones de kilómetros cuadrados de diámetro, más grande que toda Norteamérica.
Todos coinciden en que el ritmo natural de descomposición del OZONO se ha acelerado considerablemente a causa de la presencia de átomos libres de cloro, componentes químicos presentes en diversos productos comerciales como el freón, aerosoles, pinturas, etc. que son utilizados por el hombre. Recuerda que el OZONO es un delgado escudo de gas que rodea la Tierra y la protege de la radiación solar de alta intensidad y daño.
La destrucción del OZONO ha permitido que más radiación ultravioleta del sol llegue a grandes zonas de la superficie terrestre, a niveles capaces de causar extensos daños a la vida: amenaza la salud y el bienestar humano, las cosechas, los bosques, las plantas, la vida salvaje y marina.
A nivel de salud general se sabe que la exposición a la luz ultravioleta reduce la efectividad del sistema inmunológico exponiendo a la persona a la acción de varias bacterias y virus. A nivel ocular son muchos los daños que pueden ser inducidos o empeorados por su presencia. Iniciando desde los tejidos externos a los más internos, hagamos un recorrido por las estructuras que se pueden afectar:
En la córnea y la conjuntiva la radiación UV hace parte de las génesis de patologías corneanas como la queratitis actínica (Inflamación de la cornea por exposición al sol) o la también llamada queratopatía del labrador (rompimiento de una capa corneal).
En la conjuntiva, le aporta a la presencia de “carnosidades” como pinguécula o pterigios, así como ayuda a la presencia de conjuntivitis alérgicas.
Continuando el recorrido hacia adentro en el globo ocular, encontramos el cristalino, un lente con autoenfoque que posee filtro ultravioleta en el ojo de los adultos, pero no asume esta última función en los ojos de los niños. Recientes estudios epidemiológicos han establecido que la radiación de luz solar induce a la opacidad en el cristalino o catarata. Por ejemplo, un estudio de Zigma correlacionó el incremento de la opacidad de la catarata a menor latitud. De forma similar, se han descrito cataratas después de la irradiación de altas dosis de UVA en biólogos o médicos.
La siguiente estructura es el vítreo, gel que rellena el ojo. Este también es sensible a la radiación UV solar y puede llegar a presentarse su degeneración a través de liquefacción o desprendimiento posterior.
Y finalmente nos encontramos con la retina. Se sugiere una asociación entre la degeneración de la retina y la exposición por años al sol, en un efecto acumulativo de la radiación ultravioleta que está siendo sometido a comprobación científica.
Trabajemos a favor del ambiente y de tus ojos
Por las condiciones expuestas, resulta fundamental que tanto niños, profesores, como padres de familia y en general toda la población sean conscientes de la necesidad de proteger la tierra y proteger el sistema ocular.
Primero es importante actuar a favor de la conservación del ambiente y entre ellos la necesidad de proteger la capa de OZONO. Acciones como ahorrar el agua, mantener nuestros automóviles con la menor combustión de gases posible, no tirar basura en cualquier lugar, reciclar, no tirar refrigeradoras o equipo de aire acondicionado con el refrigerante, entre otros, hacen parte de las acciones a favor de conservar el ambiente y por supuesto la capa de OZONO.
Al pensar en tus ojos, recuerda protegerlos con lentes que realicen un trabajo integral. De una parte, que filtren la radiación ultravioleta, un tema que a pesar de ser trabajado, sigue siendo muy ignorado por la población. Es importante usar lentes que absorban 100% la radiación UV.
También es necesario contar con protección ante el deslumbramiento, ya sea provocado por el exceso de luz, o por la posición del sol, ambos reducen la capacidad visual y generan incomodidad. Y finalmente, así como la protección, resulta fundamental pensar en mantener una visión de calidad en cualquier momento, ya sea en un ambiente externo de mucho sol o en uno interno al frente de una pantalla de computadora.
Sabemos que en ese hermoso cielo que vemos se encuentra una capa invisible que nos sirve de protector solar, es importante cuidarla, para que las generaciones futuras puedan gozar de todos los beneficios de la naturaleza que hoy tenemos.