El sistema de producción de OZONO, se obtiene a partir de la activación del Oxigeno mediante descargas o efluvios electrónicos, es decir, se aplica la misma formula que utiliza la naturaleza para dotar a la atmósfera de este preciado y vital elemento.
Las tres acciones más importantes del OZONO que se obtienen al utilizar nuestros Generadors de OZONO son:
• ACCIÓN MICROBICIDA
• ACCIÓN DESODORIZANTE
• ACCIÓN OXIGENANTE
Microbio es toda forma de vida que no puede ser vista por el ojo humano y que únicamente se puede observar a través de microscopio.
Estos organismos vivientes se encuentran presentes en todo tipo de superficies ó fluidos o bien flotan en el aire adheridos a pequeñas motas de aire o minúsculas gotas de agua y son generalmente los causantes de todo tipo de enfermedades contagiosas.
El Ozono que actúa como eficaz y rápido agente microbicida eliminando del ambiente BACTERIAS, VIRUS, HONGOS Y ESPORAS.
Eliminando del ambiente BACTERIAS, VIRUS, HONGOS Y ESPORAS.
Las causas que provocan los malos olores son principalmente la materia orgánica que se encuentra suspendida en el ambiente y la acción de distintos microorganismos sobre dicha materia, como sucede con los olores típicos de las personas, el tabaco y de la comida.
El OZONO ataca ambas causas: Por un lado oxida la materia orgánica, y por otro destruye los microbios que se alimentan de ella.
La acción desodorizante del OZONO es una de sus propiedades benéficas que más fácil se puede comprobar, ya que en todo tipo de lugares públicos cerrados donde se utiliza, los malos olores desaparecen por completo.
El aire viciado común a los espacios cerrados y poco ventilados se deben sencillamente a la carencia de oxigeno.
El carácter inestable del OZONO le permite irse rápidamente en Oxígeno proporcionando a los ambientes enrarecidos la suficiente cantidad de este elemento para respirar un aire más limpio.
Mediante una adecuada producción de OZONO, los sistemas transforman ambientes contaminados en ambientes puros.
El OZONO es el encargado de adicionar oxigeno a estos ambientes enrarecidos. Por su inestabilidad, al descomponerse en oxigeno atómico (O) y oxigeno molecular (O2), el primero ataca baterías, virus, etc. y el segundo carga de oxigeno al ambiente.
Desde principio de siglo esta aplicación del OZONO comenzó a utilizarse para el tratamiento de aguas. Hoy en día su empleo con este propósito se extiende al tratamiento de todo tipo de ambientes e incluso en el organismo humano.
El efecto bactericida comprende una doble función: La propiamente Bactericida y la de agente Bacteriostático, que impide la reproducción de las baterías frenando así el crecimiento de sus poblaciones.
Aplicar una cantidad suficiente de OZONO significa la destrucción total de las bacterias, ya que el OZONO se rompe en las membranas celulares de las bacterias, destrozando las membranas y además el OZONO se convierte en oxígeno.
Los virus son pequeñas partículas consideradas como la frontera entre los seres vivos y la materia inerte y son capaces de vivir y reproducirse de manera independiente, por lo que se ven obligados a parásitar a las moléculas en donde deciden habitar ocasionando su destrucción.
A diferencia de las bacterias, los Virus siempre son nocivos, ya que ocasionan enfermedades tan comunes y contagiosas como la gripe, el catarro, el sarampión, la viruela, la rubeola, la poliomielitis, y otras muchas.
El OZONO oxida las proteínas de la envoltura de los virus y modifica su estructura, evitando que puedan anclarse en las células hospedadoras, acción que les impide su reproducción y en consecuencia mueren.
Existen ciertos tipos de hongos que provocan enfermedades al ser humano ya sean de manera directa o indirecta al contaminar los elementos que éste consume, como es el caso de los mohos, cuya presencia en los productos comestibles, los hacen peligrosos para su consumo.
Las esporas de los hongos pululan en todo tipo de ambientes, por lo que su control es determinante para la conservación de la salud.
Algunas bacterias, cuando las condiciones para su desarrollo son adversas, fabrican una gruesa envoltura a su alrededor de si mismas paralizando temporalmente su metabolismo, permanece entonces en estado latente y cuando las condiciones de supervivencia vuelven a ser favorables, regresan a su actividad.
Esta particularidad de resistencia es típica en bacterias tan patógenas como las que provocan el Tétanos, el Botulismo y el Ántrax entre muchas otras enfermedades. Es precisamente su capacidad de resistencia lo que las convierte en organismos muy difíciles de atacar, a tal grado que tratamientos tan útiles en otros casos como las altas temperaturas y la multitud de antimicrobianos en el caso de las esporas de resistencia de este tipo de bacterias, resultan ineficaces.