Fuente: levante-emv (10/ 06/ 2010)
Por J. SIERRA VALENCIA
El proyecto ha sido desarrollado por el Ainia bajo la dirección de Andrés Pascual. La "máquina" ha superado ya la fase de "demostración" y pronto será una realidad industrial aplicada a una línea de tratamiento y embotellado de leche.
Andrés Pascual asegura que el proyecto ha demostrado que la aplicación del OZONO permite reducir el elevado impacto ambiental provocado por industria alimentaria. "Sólo en consumo de agua hemos constatado ahorros de entre el 15 y el 50% en sectores como el lácteo, el cervecero o el vinícola, que son con los que hemos trabajado", explica Pascual.
Pero hay más: gracias al poder desinfectante y biocida del OZONO, este sector de la industria puede prescindir de productos químicos de gran potencial tóxico, se evita también el riesgo de su transporte y se reduce la carga contaminante del vertido.
"Nosotros hemos ideado un sistema en el que producimos el OZONO en la misma instalación industrial mediante electrodos que excitan las moléculas de oxígeno; lo disolvemos en agua y durante 30 minutos tenemos uno de los más potentes biocidas y desinfectantes que existen circulando por tubos y depósitos. Cuando termina este periodo solo nos queda agua rica en oxígeno", explica.