FUENTE | El País Digital (20/07/2009)
Autor: María R. Sahuquillo
Esa parte de la población, que algunos expertos elevan hasta los seis años, es especialmente vulnerable a la enfermedad. Y son los que acumulan más ingresos hospitalarios por gripe común. Por eso, los expertos recomiendan extremar las precauciones en las guarderías y prolongar la lactancia.
Un bebé de 11 meses ha fallecido en Venezuela, y se ha ido en la primera víctima mortal de la nueva gripe en ese país. Y es que los bebés tienen un sistema inmunológico menos maduro y más vulnerable a cualquier virus, advierten los expertos.
Sus defensas locales, además, aún no están del todo desarrolladas y cualquier cuadro gripal podría llegar a progresar en ellos hacia una neumonía.
A esto se le añade un argumento más: la vacuna contra el H1N1 no estará lista, previsiblemente, hasta diciembre, por lo que llegará tarde para el pico de la temporada de gripe común. Un factor que hace que, de cara al invierno, los expertos pidan precaución con este grupo de manera muy especial.
Algunos, recomiendan que no se lleve al jardín de infancia a los menores de un año por precaución. "Las guarderías pueden llegar a ser un foco de contagio y los niños aún no están vacunados. Lo mejor sería no llevarlos", sostiene Juan Martínez Hernández, especialista en Medicina Preventiva y miembro de la Comisión de Salud Pública de la Organización Médica Colegial.
Al nacer, los bebés heredan los anticuerpos de su madre frente a cualquier enfermedad. Es lo que se denomina inmunidad transferida. Gracias a ella, el bebé estará protegido contra las enfermedades que la madre haya pasado. Pero sólo hasta los seis meses de vida. Después, esa inmunidad desaparece.
"Así, justo cuando suelen empezar a ir a la guardería, es cuando más expuestos están a los virus. Han perdido esa inmunidad transferida", aclara José Luis Del Pozo, catedrático de Microbiología de la Clínica de la Universidad de Navarra. Del Pozo considera que no llevarles al jardín de infancia es "un poco inviable".
Sin embargo, recomienda que al primer síntoma no acudan, y que las guarderías no admitan a niños enfermos, "por precaución".
Para aumentar la protección natural de los bebés, los expertos recomiendan también ampliar el periodo de lactancia al menos hasta los 12 meses. "La lactancia materna aporta inmunidad pasiva, inmunoglobulinas protectoras, no a un virus o bacteria concreta, sino de manera global", sostiene Martínez Hernández. Una fórmula que no protege del todo al bebé, pero que ayuda.
Medidas que, con la vista puesta en el otoño, pueden ser útiles. Mientras, la pandemia sigue su expansión.
En España, la enfermedad ha causado la muerte de cuatro personas y afectado a 1.309. En la cárcel de Alcalá Meco (Madrid 2) se ha detectado un nuevo brote, 11 reclusos pueden padecer la enfermedad, lo que ha llevado a Instituciones Penitenciarias a activar el protocolo que establecen Sanidad y la Organización Mundial de la Salud y aislar la zona donde viven los afectados. Se ha declarado la cuarentena en dos módulos de esta prisión, donde viven 200 personas.
"Los reclusos siguen haciendo vida normal en sus módulos, zonas autónomas, con su comedor, su sala de televisión... Pero no pueden visitar las zonas comunes de la prisión como el polideportivo o el campo de fútbol", explica un portavoz de Sanidad Penitenciaria.
Tampoco pueden recibir visitas y se ha repartido mascarillas a los internos y al personal de la cárcel. De los 11 casos sospechosos, uno ha sido ingresado en el Hospital Carlos III de Madrid, por precaución. Sus síntomas son leves, pero tiene patologías previas. Si se confirman algún caso, la cuarentena durará una semana.