Fuente: Scitech News (9 de junio de 2008)
Los depredadores tienden a mirar a sus presas cuando atacan, de modo que la mirada fija directa a los ojos puede predecir un peligro inminente. Julia Carter (de la Universidad de Bristol), y sus colegas, llevaron a cabo experimentos que muestran que los estorninos se mantienen alejados de sus platos de comida si un humano los está mirando. Sin embargo, si la persona tan sólo está cerca, pero sus ojos están dirigidos a otra dirección, las aves reanudan su banquete más rápidamente y consumen mayor cantidad de alimento en total.
Los estorninos salvajes son altamente sociales y se unen con rapidez a otros en una parcela de terreno pródiga en comida. Sin embargo, es inevitable que cada animal procure asegurarse de que otro no le quite el bocado que ha visto primero. Esto conduce a situaciones de fuerte competitividad. Un individuo capaz de determinar antes que otros que el riesgo de convertirse en víctima de un depredador es bajo, regresa más rápidamente a la parcela de terreno donde aguarda el alimento, tal como se comprobó en el estudio con las reacciones de las aves ante personas cercanas, y obtiene así un valioso tiempo extra para alimentarse antes de que los otros estorninos regresen a seguir comiendo.
Las respuestas ante indicadores obvios de riesgo, como un depredador abalanzándose sobre su presa potencial, o la huída de otros animales, están bien documentadas, pero Carter ha descubierto que la orientación de la cabeza de un depredador y la dirección en la cual sus ojos están mirando fijamente son indicadores de riesgo más sutiles, y útiles debido a que muchos depredadores orientan sus cabezas y ojos en dirección a sus presas cuando se disponen a atacar.
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