Tantos Litros de fungicidas es un método costoso y además contamina el ambiente.
Fuente: eluniverso.com (1 nov. 2015) por Gustavo Marún
Frente a este antecedente, el Instituto de Investigaciones y Transferencias de Tecnología de la facultad de Educación Técnica para el Desarrollo de la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil desarrolló una alternativa ecológica: el uso del ozono para controlar la plaga en los cultivos de banano. Esto, como resultado de la fase experimental de esta investigación.
“El ozono oxida las esporas del hongo que produce la sigatoka negra, evita que se disemine la enfermedad y de esa manera se la controla”, explica Rafael Llerena Hidalgo, director del proyecto.
Estos son parte de los beneficios del uso del ozono, sostiene Llerena, quien junto con su equipo de investigadores presentó los resultados de la primera etapa del estudio a productores y delegados del Ministerio de Agricultura y de la Secretaría de Educación Superior Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt).
El estudio se inició hace nueve meses, con el cultivo de una hectárea de plantaciones de banano en dos haciendas en el recinto Tres Postes, en Jujan, y en otra en Baba (Los Ríos).
Las cantidades y frecuencias que se usan para obtener la efectividad que han logrado aún no la detalla Llerena. Dice que están en proceso de patentar la metodología y el uso del ozono para controlar la plaga, ya que ni local, ni mundialmente se la ha estudiado.
El uso del ozono también provoca un fuste mayor de la planta. Generalmente se cosecha cuando la planta tiene siete u ocho hojas, pero con el ozono llegan a tener de diez a once.
De las plantaciones de Baba ya se han exportado 40 cajas de la fruta a Rusia y Estados Unidos. El tiempo de maduración se ha retrasado de 21 a 41 días, lo cual es beneficioso para exportarla a destinos lejanos.
La idea de usar ozono para el control de la sigatoka surgió de Cristóbal Aguirre, ingeniero agrónomo e investigador del proyecto, quien durante una década usó el elemento para combatir hongos, bacterias y virus a nivel industrial. Hace tres años regresó a sus orígenes, la agricultura. Desde ahí estudia esta posibilidad, que hoy ya tiene alentadores resultados.
“Es un buen proyecto en beneficio de los productores, porque se bajan costos y evitamos contaminar el ambiente”, indica José Aguirre, quien tiene sus plantaciones en el cantón Simón Bolívar (Guayas).
La segunda fase, que podría durar entre uno y dos años, consiste en investigar los efectos del ozono a nivel celular en la planta, con estudios de laboratorio, explica el investigador y Ph. D. Rafael Castaño.
Para ello necesitan un millón y medio de dólares para financiar el equipamiento del respectivo laboratorio. Al momento solo tienen el espacio físico en la universidad.
Este centro enviará el proyecto y los resultados de esta fase experimental a la Senescyt para solicitar la inversión.
La iniciativa es de primera, vale la pena profundizar en los resultados (...). Estaremos atentos a los resultados y cuando esto funcione, vamos a proponerlo como una alternativa para el control de la sigatoka ”. 60 mil dólares es la inversión de la U. Católica en la I fase.
Alternativas al uso de Fungicidas, para combatir las plagas de sigatoka, E.coli y todos los patógenos