El OZONO destruye y neutraliza los gases presentes en el ambiente ya sean etilénicos, sulfurosos, amoniacales, monóxido de carbono, etc.
La acción desodorizante del OZONO es contundente y no es debida a un simple efecto de camuflaje del olor, sino que se trata de una verdadera destrucción química de éste.
Pasteur afirmaba “Con el aire respiramos, la mayor parte de nuestras enfermedades, en contacto con el OZONO, los microbios quedan quemados y las toxinas destruidas”.
El OZONO nace del oxígeno y vuelve a ser oxígeno ambiental y oxígeno naciente lo cual da lugar al aumento de oxihemoglobina mejorando el funcionamiento del cerebro, disminuye el estrés, y mejora el ambiente en general del lugar.
La aplicación del OZONO en los ambientes empresariales es cada vez más generalizado en los países desarrollados por haberse comprobado sus grandes beneficios para la salud del personal y la mejora sustancial en su rendimiento.
La eficiencia del OZONO como destructor de gases es utilizada con frecuencia en los depósitos y bodegas, de alimentos frescos donde neutraliza los gases etilénicos y amoniacales causantes de la maduración y descomposición de los alimentos.
El OZONO tiene una aplicación práctica de mucha utilidad en hospitales, clínicas y centros de salud; como desinfectante de quirófanos, salas de recuperación, salas de espera, pabellones de quemados y de enfermos terminales, etc.