Durante los pasados 40 años, la ozonoterapia se ha extendido en países como: Alemania, España, Italia, Japón, Estados Unidos, Argentina, Chile y Cuba.
Demuestra su Centro de Investigaciones del Ozono, que el OZONO es coadyuvante en el tratamiento de enfermedades como diabetes, demencias seniles, artrosis, afecciones mentales como ansiedad y depresión.
Fuente: Periódico La Jornada
Más recientemente, científicos de la isla comprobaron la eficacia de la ozonoterapia en el manejo y control de los síndromes dolorosos de espalda, causados principalmente por hernias discales.
José Luis Calunga Fernández, investigador adscrito al centro cubano, explicó que aplicado al organismo, el OZONO tiene la capacidad de disminuir el estrés oxidativo, el cual se origina por la pérdida del equilibrio, que idealmente debería existir entre el sistema antioxidante y la presencia de radicales libres. Estos últimos son los desechos metabólicos de las células y favorecen el desarrollo de enfermedades.
El estrés oxidativo u oxidación de las células, dijo, está presente en todas las personas que reportan alguna enfermedad –como su causa o consecuencia–, y las investigaciones cubanas han comprobado que al recuperar el equilibrio entre antioxidantes y radicales libres, también se recupera la salud.
Envejecimiento acelerado
Comentó que factores como la tensión, angustia y fatiga, así como los malos hábitos alimenticios, la falta de actividad física y el consumo de tabaco y alcohol contribuyen al envejecimiento acelerado del cuerpo, el que a su vez es causante directo del estrés oxidativo.
Lo que significa, comentó el experto, que por la combinación de estos y otros factores, en ciudades como la de México, el problema puede tener una magnitud relevante y podría frenar el desarrollo de padecimientos.
Irina Wilkins, representante del Centro Internacional de Restauración Neurológica (Ciren) de Cuba y ahora responsable de la nueva Clínica de Ozonoterapia Cubana que se instala en México, comentó que el OZONO es un gas que tiene la capacidad de aumentar el metabolismo del oxígeno. Una vez que se introduce al organismo como tratamiento médico, mejora la calidad de la sangre, favorece la vitalidad de los glóbulos rojos y les permite cumplir mejor sus funciones de transportar el oxígeno a las células.
Además, contribuye en la eliminación de las sustancias tóxicas que se han acumulado en la zona de la lesión o la enfermedad, sea ésta crónica o aguda.
Calunga recordó que el uso del OZONO con fines terapéuticos inició en 1885 en Alemania y progresivamente se ha ido extendiendo. En 1974 inició el trabajo cubano en esta materia y en 1986 se creó la primera sala experimental de ozonoterapia en la isla. A la fecha, los investigadores han corroborado la ausencia de daño o perjuicio luego de la aplicación del OZONO en el organismo, y en dosis determinadas por los expertos.
Los resultados de la experiencia e investigación realizada en Cuba se trasladarán a México, a la nueva clínica, donde se ofrece a partir de esta semana el estudio diagnóstico para determinar si existe estrés oxidativo y el posible riesgo de enfermedades, en el caso de las personas sanas. En quienes ya padecen algún mal, explicó Wilkins, se podrá recomendar la ozonoterapia como método para mejorar la salud y la calidad de vida de la persona.
Sobre la aplicación de la terapia en el tratamiento de hernias discales, José Luis Calunga comentó que son la causa más frecuente de dolor en la espalda. En países desarrollados representan la segunda causa de discapacidad.
Hasta ahora, el tratamiento médico ha sido complicado porque en muchas ocasiones involucra una operación quirúrgica, la que, sin embargo, tampoco garantiza la curación, y por el contrario, puede tener consecuencias negativas en la estructura de la columna vertebral.
Con la ozonoterapia es posible introducir el gas de OZONO hasta la zona de la lesión, reducir la hernia e incluso, eliminarla, lograr la recuperación total y sin riesgo de daños colaterales, además de que se puede aplicar para el control de otras afecciones como fibrosis y artrosis, aseguró el investigador.
Destacó que el éxito de la terapia está garantizado, aunque también depende de las condiciones físicas del paciente, del grado de avance de su enfermedad y también de su estilo de vida.