Según la investigación con nueva metodología, el número de afectados duplica las cifras que hasta ahora se manejaban
Fuente : elmundo
ÁNGELES LÓPEZ (31/08/2007)
Además, médicos e industria deberían redefinir su visión sobre esta patología y empezarla a tratar como un síndrome, ya que va unida a alteraciones en muchos otros órganos además de los pulmones, señala el trabajo.
Se trata de la quinta causa de muerte en todo el mundo y será la tercera en el año 2020.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la EPOC mata cada año a unos 2,5 millones de personas, el mismo número de víctimas ocasionadas por el sida/VIH.
A pesar de estos datos, es una enfermedad infradiagnosticada, mal tratada y con escasa financiación por parte de los gobiernos.
Su relación directa con el tabaco, un factor de riesgo evitable, que los ancianos sean los principales afectados y la falta de un tratamiento eficaz ha relegado la atención tanto de investigadores como de gestores hacia este trastorno.
La revista médica 'The Lancet' dedica un monográfico a la enfermedad pulmonar obstructiva crónica conocida más comúnmente por sus siglas, EPOC.
La publicación presenta los últimos estudios sobre este trastorno. Los datos que estos ofrecen seguramente conducirán a un cambio tanto en la investigación como en el tratamiento y cuidado de esta patología.
La EPOC mata cada año a unos 2,5 millones de personas, el mismo número de víctimas ocasionadas por el sida.
En primer lugar, el trabajo dirigido por la doctora Sonia Buist, de la Universidad de Ciencias y Salud de Oregón (EEUU), ofrece una visión global de la incidencia de este trastorno que dista bastante de la que se tenía hasta ahora.
En este estudio se empleó un método que ha sido desarrollado conjuntamente con un proyecto de Latinoamérica, denominado PLATINO, que a su vez lo ha llevado a cabo en cinco países de esta zona.
Los investigadores realizaron cuestionarios, para obtener información sobre los síntomas respiratorios o la exposición a factores de riesgo, y espirometrías (antes y después del uso de un broncodilatador), una prueba que valora la función respiratoria.
Variabilidad geográfica y de genero
Tras evaluar a 9.425 personas de 40 o más años procedentes de 12 países de distintas zonas del planeta, los resultados muestran que la incidencia general de EPOC es del 10% (11,8% en los varones y 8,5% en las mujeres).
Estas cifras están en consonancia con las obtenidas por el proyecto PLATINO. Los datos obtenidos en sendos trabajos duplican la cifra que otros estudios habían registrado: una incidencia del 4,3%.
A los 70 años la incidencia oscila entre un 19% y un 47% en hombres y entre el 6% y el 33% en mujeres
En el nuevo estudio también se observa que la enfermedad es más frecuente a medida que aumenta la edad.
Así, en personas de 70 años la incidencia oscila entre un 19% y un 47% en hombres y entre el 6% y el 33% en mujeres.
Por otro lado, el número de afectados es muy variable entre los países evaluados: en Ciudad del Cabo (Sudáfrica) la incidencia era del 22% en hombres y del 16,7% en mujeres mientras que en Hannover (Alemania) esas tasas se reducían al 8,6% y al 3,7%.
Los autores explican que esas variaciones, en función del género y el lugar de residencia, podrían deberse en el primer caso a que el tabaquismo es más frecuente en los hombres que en las mujeres.
En cuanto a la variabilidad geográfica, la existencia de otros factores de riesgo sumados al consumo de tabaco, como la presencia de una alta tasa de tuberculosis como ocurre en Ciudad del Cabo, podría generar la aparición de más casos de EPOC.
Otros factores de riesgo
Aproximadamente el 15% de los casos de EPOC se producen en personas que no han consumido tabaco. De este hecho se hace eco un editorial que publica 'The Lancet' y en el que se insiste en la necesidad de dar más importancia a otros factores de riesgo como la exposición a un aire de pobre calidad en el interior de casas mal ventiladas.
La EPOC no es una enfermedad sólo de 'fumadores' ni es únicamente un trastorno de la vejez
En países de bajos ingresos todavía se siguen utilizando combustibles sólidos para cocinar o para la calefacción que contaminan el aire de las viviendas.
También en estos países existen legislaciones más débiles sobre las condiciones ambientales en algunos trabajos que pueden contribuir al desarrollo de esta enfermedad.
Por otro lado, hay que tener presente que enfermedades como el asma o la tuberculosis pueden favorecer su aparición.
"La EPOC no es una enfermedad sólo de 'fumadores'. Ni es únicamente un trastorno de la vejez pues entre el 5% y el 10% de los jóvenes adultos no fumadores muestran signos de EPOC.
Futuras intervenciones preventivas podrían aplicarse en el embarazo o la infancia.
Así lo muestran Debra Stern y sus colaboradores [en otro estudio que publica la revista], una pobre función pulmonar al poco de nacer es un factor de riesgo de obstrucción de las vías aéreas en la etapa adulta, un fuerte predictor de EPOC", señala el editorial.
De enfermedad a síndrome
Uno de los principales problemas en la investigación para la búsqueda de nuevas terapias es que los ensayos clínicos excluyen a enfermos que presentan patologías frecuentemente asociadas con el EPOC.
Esta enfermedad está relacionada con insuficiencia cardiaca crónica en más del 20% de los pacientes y con osteoporosis en más del 70% de los casos.
Para mejorar la investigación dirigida a la lucha contra este trastorno, Leonardo Fabbri y Klaus Rabe, de las universidades de Módena y Reggio Emilia (Módena, Italia) y de Leiden (Holanda), proponen tratar esta enfermedad como un síndrome, que denominan síndrome inflamatorio sistémico crónico.
El diagnóstico de ese síndrome podría establecerse con la presencia de al menos tres de seis elementos: edad superior a 40 años, fumar más de 10 paquetes de cigarrillos al año, función pulmonar anormal y síntomas compatibles con EPOC, insuficiencia cardiaca crónica, síndrome metabólico y aumento de los niveles de la proteína C reactiva.
Estos especialistas sugieren que hay que enfatizar la importancia de que los factores de riesgo, como el tabaco, la exposición a tóxicos ambientales o la obesidad, intervienen en el desarrollo no sólo de la enfermedad principal sino también de alteraciones en el resto del cuerpo que dañan otros órganos.
A pesar de todos estos esclarecedores datos, todavía quedan muchas preguntas sin respuesta como ponen de manifiesto Sonia Buist y David Mannino, de la Universidad de Kentucky (EEUU), en una revisión:/p>
¿debería dirigirse un tratamiento precoz a la prevención de las enfermedades que acompañan al EPOC?,
¿todas las estrategias se pueden llevar a cabo en cualquier parte del mundo?,
¿después de que la persona deje de fumar, existe una manera de prevenir la progresión de esta patología?,
¿la metodología actual está capturando todos los costes asociados a este trastorno?