Hemos de tener en cuenta que el OZONO no hace desaparecer los humos, ni regula la temperatura, sino que logra un ambiente exento de olores y perfectamente higienizado.
El OZONO es la sustancia ideal necesaria en el ambiente, para que éste no esté contaminado.
En los medios de transporte, como en cualquier ambiente público, existe el problema común de enrarecimiento de aire. Tenemos por ejemplo, los olores, ya sean de tabaco, comida o cualquier otro. Se utilizan distintos métodos para acabar con este problema como son los perfumadores, el aire acondicionado, etc.
Los perfumadores no logran destruir los olores, sino que los disfrazan añadiendo otro más fuerte, y además expulsan al ambiente sustancias extrañas.
El aire acondicionado, de gran utilidad ya que regula la temperatura y la humedad del aire, tampoco logra erradicarlos.
El OZONO con su fuerte poder oxidante, reacciona con las sustancias productoras de olores, alterando su estructura, de forma que la nueva sustancia formada, no tiene ningún olor. Del mismo modo los microorganismos existentes en el aire son eliminados evitándose así el riesgo de contagio de enfermedades infecciosas.
Asimismo y debido a sus propiedades médicas es muy saludable para las personas con problemas respiratorios (asma, bronquios, etc.) y reduce el riesgo de contagio de enfermedades.